Ya nos muestran sus enormes y espectaculares flores los narcisos gigantes. Recogimos hace unos años unos bulbos en el robledal del Pico del Águila, y ahora, extendidos por el arriate, nos regalan una sinfonía de sol concentrado.
Quizá se trate del escaso endemismo Narcissus perez-chiscanoi, cuidado ahora del mediodía por la umbría del murete al pie del nogal, entre ombligos de Venus y melisas.
Preciosos, ¡que ganas tengo de verlos! un abrazo
ResponderEliminarSalen sus flores para felicitaros a Mario y Carmen vuestro 22 aniversario , un beso enorme, que ganas de ir por alli tenemos !!!
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