viernes, 29 de enero de 2016

Usando la tierra como pigmento

Ayer nos acercamos a recoger arcilla amarilla, que aquí se llama "grea", a los depósitos sedimentarios del Rañaco de Casas de Don Pedro. Estos materiales son resultado de la erosión de un pico Villuercas, que en tiempos geológicos llegó a superar en altura al mismo Qomolangma (Everest para occidente) pero que hoy, aunque sigue siendo la cumbre mayor de la cordillera oretana, se reduce a unos 1600 msnm.
Hoy la hemos estado cribando y con ella hemos preparado un mortero bastardo con esa grea, arena, cemento y cal, en proporción 2/6/0,5 y 0,5. Con el mortero nos hemos puesto a revocar la fachada de la queservecería.
La misión de esta arcilla es ofrecer un tono albero al mortero una vez seco, con lo que evitamos a obligación de aplicar pinturas o encalados posteriores.




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