jueves, 31 de octubre de 2013

Melodías para el Mundo

 

Sobre el peciolo de la última hojita. En la rama más alta del viejo cerezo Navalindo. Al pie de la ventana de Andrés. Estalla el canto selvático de un petirrojo manso con cierto acento de Yorhshire.
Canta porque la vida canta.
Canta para el Mundo. Antonio Martín, como artista natural, también "canta" al mundo. No sólo para las personas sino para el cosmos todo. Arte para bosques, para pájaros, para todos.


 Y nos regaló poesía hecha con las manos, remate de la quesería acabada. Colofón de barro al viento, ladrillos bovederos transmutados a esferas. Cimbreándose en reverencias con la brisa musical o acompañando al viento recio. Alma de hierros de Valentín y Andrés y Eduardo. Forjadores resonantes de un mensaje entusiasta de Armonía.

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